CARRETERA DEL PORTET
El yacimiento de la Carretera del Portet se localizaba a unos 500 metros del núcleo de Moraira, en la vía que conecta la localidad con la cala del Portet. Su emplazamiento parece corresponder a una curva de la carretera y a sus inmediaciones, una zona hoy completamente transformada por obras modernas, lo que hace imposible identificar restos visibles del asentamiento.
El hallazgo fue casual y documentado por primera vez en 1987, durante una prospección superficial en la que se recuperaron algunos fragmentos cerámicos característicos de época romana. En aquella primera visita también se observaron varios grandes sillares de piedra tosca —al menos tres— que podrían haber pertenecido a alguna estructura del asentamiento. Sin embargo, posteriores modificaciones y ampliaciones del trazado de la carretera cubrieron o destruyeron las posibles evidencias arqueológicas.
El material recuperado incluye cerámicas con un amplio rango cronológico de cerca de 700 años, aunque resulta difícil precisar si ello corresponde a una ocupación prolongada o a distintas fases de actividad en el lugar. Entre los hallazgos destaca una pesa de telar, que apunta a la existencia de una modesta producción textil de carácter doméstico. Dada su ubicación estratégica, cerca de la costa y en una zona fértil, el asentamiento pudo haber combinado funciones agrícolas, pesqueras y comerciales, formando parte de la red de pequeños enclaves que, durante la época romana, articularon el poblamiento y la explotación del territorio en la Marina Alta.
A pesar de la escasez de restos conservados, el yacimiento de la Carretera del Portet constituye un testimonio relevante de la presencia romana en el entorno de Moraira y de la diversidad de actividades que estas comunidades desarrollaban en contacto directo con el mar y la tierra.