¿QUÉ ES MORAIRA?

Moraira es un núcleo costero situado en la comarca de la Marina Alta, en la provincia de Alicante, junto al Mediterráneo y al resguardo de la Punta de Moraira. Administrativamente perteneciente al municipio de Teulada, constituye un núcleo con identidad propia y una continuidad histórica que se remonta a tiempos prehistóricos. Su nombre, uno de los topónimos más antiguos documentados en la comarca, refleja la relevancia de este territorio como punto de encuentro y articulación en el flujo poblacional de la Marina Alta durante decenas de miles de años, tanto por sus abundantes y continuados asentamientos como por su condición de puerto natural.

Vinculada desde sus orígenes al mar, Moraira ha mantenido una profunda relación con la pesca y la navegación. Su bahía, protegida de los vientos de levante y abierta a las rutas del Mediterráneo, sirvió durante siglos como refugio de embarcaciones, punto de intercambio y base para la pesca artesanal que alimentó a generaciones de marineros y comerciantes. El Portet fue, desde tiempos antiguos, un fondeadero natural donde se mezclaban las tareas pesqueras con el trasiego marítimo de mercancías, redes y salazones.

A lo largo de los siglos, Moraira experimentó interrupciones en su poblamiento. Su historia, marcada por la condición de puerto natural y núcleo pesquero, es también la historia de la resiliencia de sus gentes. Tras milenios de asentamientos, la alquería islámica —que más tarde pasó a ser cristiana bajo el nombre de Morayra— desapareció a causa de la piratería, especialmente intensa entre los siglos XIV y XVIII, lo que obligó a la población a refugiarse en el interior, justo en el mismo periodo en que se creó jurídicamente el municipio de Teulada. Sin embargo, a partir del siglo XVIII el retorno fue inevitable: la repoblación se produjo de manera natural gracias a los habitantes de los pueblos vecinos —Teulada, Benissa y Calpe— que acudieron a habitar un espacio que nunca dejó de formar parte de la red vital que une el litoral con el interior.

Tras cuatro siglos de una bahía despoblada, la construcción del Castillo de Moraira en 1742 devolvió la seguridad a la costa y permitió la aparición de los primeros almacenes, nuevas calles y un incipiente entramado urbano. Junto a la defensa de la torre y el castillo, renació la vida marinera: los pescadores volvieron a calar sus redes en las aguas del Portet, surgieron pequeños varaderos y se reactivó el comercio de pescado y productos del mar. La edificación de su primer templo en 1774 y, más tarde, la del templo parroquial en 1875, consolidaron un centro espiritual y comunitario en torno al cual late aún hoy el corazón de Moraira.

El territorio actual de Moraira se articula en torno a este eje parroquial y a sus partidas históricas: Moraira, Pla del Mar, El Portet, Fanadix, El Pinar del Advocat, Moravit, La Devesa, La Viuda, L’Estret, Paichi, La Rambla o L’Arnella, entre otras. Estos lugares y sus paisajes conforman un entramado vivo que testimonia la continuidad de un espacio habitado, vivido y sentido durante siglos, donde la memoria marinera y pesquera sigue presente en la identidad colectiva y en el paisaje que une el mar con la tierra.