PRIMAVERA - LA SEMANA SANTA Y LA PASCUA


La Semana Santa​ es la conmemoración cristiana anual de la pasión de Cristo, es decir, de la entrada a Jerusalén, la última cena, el viacrucis, la muerte y resurrección de Jesús de Nazaret. Comienza el Domingo de Ramos y finaliza el Domingo de Resurrección.​ La fecha de la celebración es variable: entre mediados de marzo y abril.

El Domingo de Ramos, o Sexto Domingo de Cuaresma, ​ es una celebración religiosa movible que en la que la mayoría de las confesiones del cristianismo conmemora la entrada de Jesús en Jerusalén, iniciando la Semana Santa. 

El Domingo de Ramos marca el primer día de la Semana Santa y para los seguidores del cristianismo de Nicea, es la última semana de la temporada solemne cristiana de Cuaresma que precede a la llegada de la Pascua. En la mayoría de las iglesias litúrgicas, el Domingo de Ramos se celebra con la bendición y distribución de ramas de palma o las ramas de otros árboles nativos, como el olivo en Moraira, y que representan las ramas de palma que la multitud esparció frente al Cristo mientras entraba triunfalmente en Jerusalén. La dificultad de conseguir palmas en climas desfavorables llevó a su sustitución por ramas de árboles nativos, incluidos boj, olivo, sauce y tejo. 

Muchas iglesias de las principales confesiones cristianas, incluidas las tradiciones ortodoxa, católica, luterana, metodista, anglicana, morava y reformada, distribuyen ramas de palma a sus congregaciones durante las liturgias del Domingo de Ramos. Los cristianos se llevan estas palmas, a menudo bendecidas por el clero, a sus casas, donde las cuelgan junto a reliquias y obras de arte cristiano, especialmente cruces y crucifijos, imágenes. 

Además, en el periodo que precede a la Cuaresma del año siguiente, conocido como Carnestoltes, Carnaval o Canestolendas, las iglesias suelen colocar una cesta en su nártex para recoger estas palmas, que luego se queman ritualmente el martes de Carnaval para hacer las cenizas que se utilizarán al día siguiente, el miércoles de ceniza, que es el primer día de la Cuaresma.​

Las ceremonias principales del Domingo de Ramos son la bendición de las palmas, la procesión, la misa, y la narración de la Pasión de Cristo. Otro momento clave es cuando los asistentes participan en la procesión por las calles del pueblo, y deben llevar en las manos ramos de palma u olivos, y acompañan al sacerdote entonando cánticos.

La festividad del Domingo de Ramos guarda otras connotaciones de celebración para niñas, niños y familias, y es que una de las tradiciones de ese día festivo está relacionada precisamente por la costumbre de estrenar ropa, zapatos, o al menos alguna prenda, para una ocasión tan especial. Así dice el refrán popular “Domingo de Ramos, quien no estrena no tiene manos”.  Este dicho que es muy antiguo, viene a reflejar varias cuestiones: 1) considerar al Domingo de Ramos como un día de felicidad y celebración y se aprovecha para estrenar las mejores galas ; 2) también hay que tener en cuenta que la Semana Santa suele marcar el cambio de estación de invierno a primavera, trayendo días más largos, más luminosos y calurosos, por lo que es una fecha señalada para estrenar prendas y hacer el cambio de ropa para la nueva temporada; 3) el refrán hace referencia al trabajo que antiguamente, la mayor parte de este, era manual (campo, pesca, labores artesanales y en el hogar), y en ese sentido se consideraba que si alguien era pobre porque no tenía trabajo o no era habilidoso y “diese uso a sus manos” (las mujeres casi todas sabían coser), no podía estrenar nada, siendo un código social el acudir engalanado a la fiesta del Domingo de Ramos. 

Casi todos Las niñas y niños, antaño, solían estrenar zapatillas, zapatos o prendas que junto las palmas adornadas de lazos o caramelos o adornos hechos con las propias palmas blancas daban colorido y ambiente festivo al ritual.     


Miércoles Santo o de Salpassa  

La Salpassa o Sarpasa es una antigua tradición de la comunidad cristina celebrada en Moraira y pueblos de la Marina Alta, que anunciaba el final de la Cuaresma y el inicio de la Pascua y consistía en la bendición de las casas con agua bendita y sal, el día del Miércoles Santo. Los niños decoraban las puertas de las casas con flores de “de la Salpassa», preferentemente de color morado, como "la viola de bruixa, hierba doncella o Vinca major”, de color azul violáceo, o lirios azules. En el poblado marítimo de Moraira también se hacía con unas flores amarillas que crecen a ras de tierra en acantilados y zonas de suelos más rocosos y con dichas flores se formaban en las puertas el anagrama de JHS (Jesús Salvador de los Hombres). Este ritual de la fiesta de la Salpassa tiene orígenes precristianos, vinculados a la purificación en la primavera, y en relación con el equinoccio y cambio de estación. Aunque ha decaído con los años, la tradición aún perdura en algunos pueblos de la comarca y representa tanto una costumbre religiosa como un símbolo de hospitalidad y comunidad.     

      

El Jueves Santo 

Desde 1991 se celebra en el Jueves Santo la procesión del silencio, en la parroquia de la Virgen de los Desamparados, en ella a las 24,00 h se procesiona al Cristo de la Buena Muerte, de Moraira, por las calles del caserío acompañado por la Hermandad del Cristo. 

Dicha Hermandad, va presidida por los Hermanos Mayores elegidos cada año, y a los que siguen otros devotos feligreses de la Parroquia. La Hermandad cuenta con más de 200 miembros. La imagen del Cristo fue realizada en 1949 por D. Vicente Calatayud LLobell, canónigo de la catedral de Valencia que regaló la talla a la Iglesia de Moraira. Tallado en madera de Suecia está fechado es obra maestra de Francisco Martínez Aparicio, natural de Museros (Valencia), y profesor en la valenciana Real Academia de Bellas Artes de San Carlos. El Cristo cuenta con unos Gozos al Cristo, de autor anónimo.

Desde 1991, el Cristo de la Buena Muerte de Moraira pasa a ser el protagonista de la Noche del Jueves Santo  pero además lo es también de las fiestas que se celebran en Moraira con motivo  de los Moros y Cristianos y en honor al Santo Cristo.  

Recomendamos conocer la noche del silencio, así como visita la iglesia para conocer la bella talla, objeto de diversas restauraciones, y que queda enmarcada en un mosaico vidriado obra del Taller de Ros Marí en 1986.     

El párroco D. Francisco Llópis Blasco describía, en 2001, la devoción así: 

“Con motivo de la celebración del Jueves Santo de 2001. Jueves Santo, once de la noche. Cuando la comunidad cristiana está recogida después de la Santa Cena, la eucaristía que con fervor ha celebrado a última hora de la tarde,....cuando sabe que su señor va a ser traicionado, apresado, ultrajado y llevado al Calvario, este pueblo de Moraira quiere participar de estos momentos sagrados de Jesús Salvador. A las 11 de la noche, sustituyendo a la hora santa, se celebra la Procesión del Silencio. Una procesión que, acogiéndose al silencio de la noche, suma su propio silencio meditativo. En cabeza una cruz de palos, seca, trabada con sogas y dos lucernarios. Sigue una fila, cada año, más numerosa, de fieles en silencio, vela encendida, rostros pensativos. Un estandarte rojo, el de la Cofradía del Santo Cristo, desfila en el centro. Y allá, ¡al fina! de la procesión, envuelto en ese silencio, el Santísimo Cristo de Moraira, en su cruz clavado, recostado sobre los hombros de los costaleros, preside en su dolor salvador esta marcha del pueblo cristiano. Los “hermanos mayores ” de cada año costean, como ofrenda piadosa, centros florales hermosísimos que el Santo Cristo lleva a la cabecera y a los pies. Vestidos de luto, mantilla ella, cirio y cruz plateada él, desfilan tras la imagen junto al párroco, con alba y estola morada. Cierra filas, marcando el ritmo, la banda de trompetas y tambores... cada trecho, una vibrante trompeta interpreta la melodía del silencio, que hace estremecer a todos los penitentes...y como un grito de oración, una saeta emocionada acaba la procesión a la entrada del templo, cerca ya de la una de la noche”.


Domingo y Lunes de Pascua

El Domingo es una fiesta religiosa muy vistosa y emotiva en muchos lugares de España, donde la devoción, el arte y la música se entremezclan con otros actos religiosos. En concreto el Domingo de Pascua de Resurrección, en muchos lugares se celebra la procesión del encuentro. En Moraira no existe esa tradición si bien tanto el Domingo de Pascua antaño se bendecían las “monas” que se comen y comían tanto el domingo, como lunes y martes de pascuas en las meriendas campestres que en la Comunidad Valenciana y muchos territorios de nuestro país se llevan a cabo. 

Ahora bien, ¿cuándo es el momento para degustar la mona? La mona, ¿el domingo o el lunes de Pascua?  En realidad, cada casa vive a su manera la tradición de este pastel o rosco que simboliza que la Cuaresma y sus abstinencias acaban.

Tradicionalmente los padrinos regalaban la mona a sus ahijados el Domingo de Pascua, después de misa. Pero sigue siendo habitual que el Lunes de Pascua se reúnan varias familias o un grupo de amigos a comer la mona juntos.

De hecho, en Catalunya, que es un día festivo, es tradición que el lunes de Pascua los padrinos o abuelos regalen a sus ahijados o nietos una tarta coronada por un huevo gigante de chocolate o con alguna figurita que representa un personaje popular.

La mona se prepara tradicionalmente también en las regiones murciana, valenciana, aragonesa y castellanomanchega. En Galicia se sirve un alimento similar denominado roscón o rosco de Pascua, que es el hornazo en Jaén y la pegarata o bolla en Asturias. En el País Vasco también hay una variedad denominada opilla que se consume el día de San Marcos.

Además, ocasionalmente la mona también se consume el martes de Pascua e incluso el lunes de San Vicente, en el caso valenciano.  

Hay muchas opciones, según cada tierra, pero lo que queda claro es que esta tradición de ir a merendar la Mona de Pascua sigue muy viva.